viernes, 21 de mayo de 2010

La nostalgia de los cines (Parte I)


Durante los comentarios de la sesión pasada, hablábamos de el excelente material que el Ing. Chacón nos hizo llegar vía email acerca de aquellos viejos cines de la Ciudad de México, esos cine-teatros enormes que ya no existen pero que quedan en el imaginario de todos los que fuimos chilangos y nacimos antes de 1970. Aquellas salas que tenían luneta, vendían gaznates y donde algunos de nosotros nos fuimos de pinta y besamos a la novia por primera vez, ante la complicidad del reflejo de la pantalla de plata y de testigo, alguna película de tres pesos con permanencia voluntaria.

Esta es la primera de cuatro partes de La nostalgia de los cines. Los textos y las fotos están tomados del extraordinario sitio patio de butacas.
Esperamos que disfruten, recuerden y comenten este artículo.

CINE CHAPULTEPEC



Fue el primer cine en construirse sobre el paseo de la Reforma e inaugurado el 24 de agosto de 1944 con la película “El Corsario Negro” que dirigió Chano Urueta y que protagonizaron Pedro Armendáriz, June Marlowe y María Luisa Zea.
El cine Chapultepec fue uno de los más representativos de la década de los 40. Nadie especulaba sobre la amplitud que parecía infinita gracias al juego de niveles del vestíbulo del Chapultepec. La visita a este palacio cinematográfico significaba una experiencia única para el espectador. En el edificio que albergaba a la sala de cine fue donde Alfonso Mejía y Roberto Cobo realizaron el casting para la película “Los olvidados” pues Luis Buñuel tenía sus oficinas en el segundo piso de este inmueble.
El cine Chapultepec se demolió para dar paso a la construcción de la Torre Mayor, el rascacielos de mayor altura en la República Mexicana. Con la desaparición del cine Chapultepec se perdió un monumento histórico de la memoria colectiva de la sociedad mexicana.

CINE ENCANTO

Fachadas gigantes, calles pequeñas. Hazaña estética de Francisco Serrano, personaje muy importante de la cultura arquitectónica mexicana, inaugurado el 5 de mayo de 1937 en la colonia San Rafael, en la calle de Serapio Rendón. En su época era el único cine donde se podía ver una película por la módica cantidad de tres pesos. Uno de sus atractivos era el saturado manejo de la iluminación, que hacía de él una deslumbrante visión nocturna.
El maestro Jorge Ayala Blanco recuerda sus fugas adolescentes: “Recuerdo el cine Encanto, que era tan alto que había luneta y, más arriba, estaba el anfiteatro, y después la galería, y luego otra cosa que se llamaba segundos. Una sala totalmente vertical. Y a los 14 años de edad, cuando tienes todas las películas prohibidas, los segundos era el único lugar donde se podía ver cine en México por tres pesos. Veías el cine inclinado. Algo pavoroso. Como ir a Bellas Artes y ver desde el tercer piso las nucas de los actores. El Encanto, con sus columnas interiores que sostenían la galería, no aguantó un movimiento telúrico.” Efectivamente en 1957 debido a un sismo, sufrió graves daños por lo que posteriormente fue demolido. El crítico de cine e historiador Gustavo García, en un artículo denominado “Adiós al Olimpia” describe la experiencia de ver cine en un gran monumento fílmico: “Para los años sesenta, el país tenía como norma el palacio cinematográfico, orgullo de la ciudad capital, muchas veces dotado de pantalla y equipo para Panavisión 70 mm, y podía ir de los delirios orientales a la funcionalidad minimalista en dimensiones colosales.”


CINE LATINO

Su construcción, en el número 296 del Paseo de la Reforma, se inicio a partir de 1942 pero se inauguró hasta el 28 de abril de 1960. El proyecto estuvo a cargo de cargo de los arquitectos Gabriel Romero, Carlos Vergara y Guillermo Salazar con un esquema de pórtico, vestíbulo a doble altura y sala de proyección con capacidad para cerca de 2 500 espectadores.
Aunque más austero en su decoración, contaba con un mural alusivo a la cultura latinoamericana de enormes proporciones en la zona del vestíbulo principal, obra del artista Octavio Ríos.
Pese a su excelente ubicación, actualmente se encuentra cerrado. La drástica e inoperante remodelación de la que fue objeto, fragmentándose la sala principal en 3 pequeñas, una en el lunetario y 2 en el anfiteatro, terminó con el concepto de gran palacio del cine y dio por resultado un caos. La ubicación de las pantallas y su relación con la isóptica, la función geométrica que se emplea en salas escénicas para calcular el incremento de altura entre filas de butacas para una correcta visibilidad, no era la más confortable para el espectador.
Otro factor fue la mala administración que sufrió después de ser vendido por la ya quebrada Compañía Operadora de Teatros al grupo SABA que hoy opera los ECOCINEMAS. Nunca más abrirá sus puertas. Ahí se construirá la Torre Reforma 296 que es un proyecto para construir un rascacielos de 196 metros de altura. La iniciativa para levantar el edificio surge de Enrique Norten y su empresa Ten Arquitectos, mientras que la inversión de cerca de 100 millones de dólares la realizará la empresa Alsavisión. La enorme torre tendrá la función de departamentos de lujo, hotel, oficinas y centro comercial y se espera quede concluida a principios del año 2011, donde seguramente se incluirá, paradójicamente, un complejo de los llamados cineplex, con 12 pantallas como mínimo en una sola instalación.


CINE LAS AMÉRICAS


El cine Las Américas forma parte de un conjunto arquitectónico diseñado por el arquitecto José Villagrán García e inaugurado el 29 de Octubre de 1971. En él se sintetizaron las ideas comerciales de los conjuntos urbanos en un muy mal estilo estadounidense, que incluía la sala cinematográfica, comercios y oficinas, así como el estacionamiento propio. El cine Las Américas, cuyo nombre se basa en la idea del panamericanismo, fue cerrado a causa de los malos manejos y la quiebra de COTSA. Con la desincorporación de la Compañía Operadora de Teatros, el país se vio, en calidad de cadáveres arquitectónicos, con los viejos palacios cinematográficos, y sin una sola propuesta de conservación, restauración o nuevo uso, justo cuando surgía una nueva generación de masas cinéfilas (dos millones y cuarto de espectadores para El crimen del padre Amaro en sus primeros diez días, por ejemplo). Ahora, como en muchos casos de cines abandonados, se ha convertido en una plaza comercial gay de múltiples locales, salida obtusa al problema del comercio ambulante que, paradójicamente rodea al conjunto.


CINEMA LA RAZA


“Hollywood, La Raza y varios más” es una frase publicitaria que se quedó grabada en el inconsciente popular. Con ella terminaban los anuncios de radio que promocionaban una película destacando su exhibición en 2 cines situados en la zona norte de la ciudad de México, carente de opciones culturales a diferencia del eufemísticamente llamado “Cultisur”.
El Cinema La Raza fue inaugurado el 26 de Mayo de 1972 con un frontispicio muy similar al del cine Diana y bajo el concepto de la modernidad setentera, las pantalla Panavisión 70 mm y un concepto mas actual que, por supuesto, se oponía a la estética de los cines viejos. En la imagen podemos ver que en la marquesina se anunciaba el estreno de la cinta La Guerra de las Galaxias, que tuvo lugar el viernes 23 de diciembre de 1977. Pese a ser, o quizá por ello, una de las pocas opciones de entretenimiento al norte de la ciudad, con una zona industrial aledaña al cine, una película como La Guerra de las Galaxias duro años enteros en cartelera. La astronómicos ingresos en taquilla y la legión de espectadores que nacieron con esta saga, son ya parte importante de la historia del cine actual.

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