Continuamos con la segunda entrega de La nostalgia de los cines. Los textos y las fotos están tomados del extraordinario sitio patio de butacas. Esperamos que disfruten, recuerden y comenten este artículo.
CINE BELLA ÉPOCA
El Cine Bella Época antes se había llamado Cine Lido. En los 70’s, se remodeló y se colocaron varias fotografías en el vestíbulo del lugar, con personajes de la época Dorada del cine mexicano y algunos actores americanos; junto a los baños estaban las figuras de Chaplin y Cantinflas.
Pocos años después lo cerraron y el gobierno adquirió el inmueble. Desde hace algunos años se convirtió en el Centro Cultural Bella Época y es parte del Fondo de Cultura Económica. En él, se abrió la Librería Rosario Castellanos y tienen varias actividades culturales como conciertos y presentaciones de libros. Aparentemente, el cine sigue operando y ahora lo hace Cinemanía, quienes siempre tienen selecciones interesantes de cine independiente o de películas viejitas.
CINE HIPÓDROMO
Se inauguró el 11 de abril de 1936 con alrededor de 2 mil butacas en la calle de Progreso número 4 en el tradicional barrio de Tacubaya. Originalmente se llamó Cine Ermita.
En la sala de proyección resaltan los detalles ornamentales y de iluminación donde figuras humanas estilizadas generan, por medio de distintos planos, una ambientación sugerente en claroscuro, que enmarca la pantalla.
Pionero en las propuestas de usos múltiples, el edificio Ermita y su posteriormente llamado cine Hipódromo permanecen como prototipo del desarrollo urbano arquitectónico del movimiento moderno del siglo XX.
Construido por el arquitecto Juan Segura, en su concepción y como impacto urbano, es considerado un hito de la arquitectura de la época. El interior de la sala, epítome del “art déco” mexicano, nos muestra una calidad en el diseño de los espacios interiores de los cines, lo que ha sido calificado como la impecable armonía Art Déco.
Injustamente cerrado por la inquina de sus administradores y dueños, innecesariamente convertido en un “elefante blanco”, su reapertura como sala de exhibición significaría ofrecer una cómoda y “moderna” sala cinematográfica a los públicos de los sectores de Tacubaya, las colonias San Miguel Chapultepec, Escandón y Condesa. Sin embargo, actualmente Tacubaya ya no es una zona eminentemente habitacional ni segura.
CINE METROPOLITAN
Fue abierto en septiembre de 1943 con la película “Los miserables” dirigida por Fernando A. Rivero y basada en el libro del inmortal Victor Hugo. Con su destacada marquesina y su gran estilo arquitectónico, el Metropólitan era uno de los cines más lujosos y frecuentados. Alguien ha descrito la belleza del foyer del Metropólitan como de “simulacros versallescos”, eclécticos, sin duda.
En 1995 se inicio un proceso de revitalización, el cine fue concesionado a la empresa OCESA, la cual decidió intervenir para convertirlo en un centro de espectáculos de capacidad intermedia entre los grandes auditorios y las pequeñas salas de de conciertos, reinaugurándose el 18 de enero de 1996. La obra de reutilización estuvo a cargo del arquitecto José de Arimatea Moyao López y su equipo, quienes respetaron en lo esencial las características originales y plantearon una serie de adaptaciones para su funcionamiento.
Uno de los cambios sufridos fue que se eliminó la marquesina original, la cual era parte distintiva del inmueble al representar el arte y estilo del México de los años 40. El anuncio bandera fue transformado y se le agregó una nueva tipografía que recordara la época del Art déco.
En la actualidad, el teatro-cine Metropólitan es utilizado como sede del estreno de películas de Hollywood de gran presupuesto, previa fastuosa alfombra roja, para lo que se cierra al tráfico vehicular la calle de Luis Moya y se instalan gradas para las fanáticos que, muy al estilo de la Meca del Cine, aplauden a las “estrellas” que desfilan frente a sus asombrados ojos. Muy reciente el caso de la premire de la cinta mexicana “Arráncame la Vida” (R. Sneider, 2008).
CINE ALAMEDA
El cine Alameda, fue diseñado y construido por los arquitectos Carlos Crombé y José Albarrán. Fue inaugurado el 14 de marzo de 1936. Localizado en la Avenida Juárez, muy cerca del Palacio de las Bellas Artes. Su sobria entrada no reflejaba la riqueza del decorado interior que se asemejaba a un típico pueblito mexicano. Muchos de los espectadores de la época aseguraban que se trataba de un copia de Taxco, Guerrero.
El crítico de cine e historiador Gustavo García, en un artículo denominado “Adiós al Olimpia” lo confirma: “En la ciudad de México se podía optar por los recovecos coloniales de mosaicos de talavera, maderas labradas y herrerías sevillanas del Alameda (cuya decoración recreaba la plaza de Taxco)”. El Alameda tenía también como particularidad su techo pintado de azul, en el que se proyectaban estrellas y nubes que parecían desplazarse. La impresión que causaba este efecto entre el público era increíble.
Desde sus inicios contó con aire acondicionado, lo que representaba un gran avance en materia de confort. En las fotos que acompañan a esta descripción se observa la marquesina que anuncia el estreno, en el año de 1946, de una de las mejores películas dirigidas por Emilio “el Indio” Fernández, “Enamorada”, protagonizada por María Félix y Pedro Armendáriz. Para desgracia del legado cultural mexicano, el cine Alameda fue cerrado en 1970 y demolido en 1985, el infausto año del sismo. La influencia de este recinto llega y resuena hasta nuestros días. Una muy importante compañía productora toma su nombre de de este cine denominándose “Alameda Films”.
CINE TERESA
Diseñado para agradar e invitar a la gente a disfrutar de las películas y de su interior, este cine fue diseñado por el arquitecto Francisco Serrano e inaugurado el 8 de junio de 1942 en la avenida San Juan De Letrán, que Efraín Huerta definiera como “viva y venenosa”, con la proyección de “El hijo de la furia” dirigida por John Cromwell y protagonizada por Tyrone Power, Gene Tierney y George Sanders.
Con 3 mil 105 butacas acojinadas, el Teresa era “un cine dedicado a las damas metropolitanas” en donde se podía convivir con las esculturas que representaban a las nueve musas y a las tres gracias, las cuales, debido a un efecto de luz, podían volar sobre la pantalla.
Aunque cada sector de la ciudad solía tener su cine de barrio, en el Teresa se reunía gente de todos los alrededores de la ciudad, pues su atractiva marquesina invitaba al generoso vestíbulo que conducía a las grandes salas y después a media luz con la apertura del telón se adentraba a la magia del arte hecho imagen.
Joya del Art déco, el Cine Teresa funciona hoy y sobrevive gracias a las películas pornográficas que se proyectan ahí y aunque es considerado el cine para cintas de este género más grande, antiguo y lujoso del mundo, su popularidad se la debe a su historia y al respeto que se le ha dado a su aspecto original. En su fachada se leía su lema “Los mejores programas dobles de la ciudad”.
Abundando en el tema de la sexualidad y la sociología del cine, Jorge Ayala Blanco habla de lo importante de las desaparecidas salas de cine en la ciudad de México: “Tenían un encanto bárbaro, eran tan grandes que podías perderte en ellos, incluso era de lo más normal ir a vivir al cine. Yo perdí mi virginidad en una de esas salas. Y es que la gente iba a hacer todo lo que quería. Había unos cines que estaban junto a la zona roja, a espaldas de las Vizcaínas, que era toda la zona de prostitución y funcionaban como hotel de paso. Y lo siguen siendo los cines del circuito de la muerte, que en otras partes del mundo son de ligue gay”.
lunes, 31 de mayo de 2010
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2 comentarios:
Descubro este blog y esta entrada en particular, por la casualidad de un error en la ubicación del cine Ermita...
Un gusto saber de su existencia. Felicidades...
¿nunca se concluyó la serie? es una lástima... es, además de interesante, un buenísimo intento...
sobre todo ahora que el predio del Cine Cosmos sigue en venta...
Saludos
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